viernes, 22 de julio de 2016

MI VOZ

Horroroso, quien quita y se salga de esto antes de lo pensado. Aunque dudamos seriamente que nuestros supuestos salvadores tenga la intención de hacer algo apresuradamente. Imagino que sin duda alguna sus neveras deben estár llenas y rebosantes de alimentos, quizás en sus dispensas no falte un medicamento y probablemente sus cuentas estás al día, lamentablemente el resto del país no corre con la misma suerte de estatus social. Volvemos a caer en la IDIOTEZ de creer en mesías sufriendo aun las consecuencias que dejó el ultimo que se presentó. Nadie hizo caso a las alertas que se dieron, nadie escucho el discurso de las mentes brillantes que vieron la debacle mucho antes que sucediera, así como el maestro Pietri. ¿Advertidos? se puede decir que lo único que falto fue repartir casa por casa volantes explicativos, pero había sed de cambio, mucha sed. Ciertamente cambiamos, tanto, que hoy Venezuela solo es un 1/4 de lo que era hace 18 años. Desvergüenza es lo que sobra, entre los mismos ciudadanos que se pasean galaneantes delante de aquellos que están padeciendo, se puede notar que la insensibilidad tampoco escasea. 

Comprar un boleto de avión se volvió en la solución más usada por los venezolanos, después de todo, estár con las manos cruzadas mirando como se pelotean la vida de 30 millones de personas no es muy placentero que digamos, poco tuvimos el valor de decir: "El que se tiene que ir no soy yo, son ellos" a pesar de las calamidades a la que somos sometidos aun tenemos el valor de alzar la voz, o en este caso las letras, que sin duda, son unos de los medios más usados para rebelarse pues, hablar, literalmente es una condena a muerte literalmente hablamos. Sigo mirando por la ventana de mi pequeña oficina la gente que pasa apresurada en dirección a la estación de lo que hoy llaman BTR, para comenzar su lucha cuerpo a cuerpo para poder ocupar un puesto en la NEGRA unidad que por unos pocos bolívares los llevará a casa. Lo mismo se hace para comprar comida, pero en esta perder la vida es solo cuestión de sacar una harina pan mas de la que sacó el compañero que entró antes, cuando la barriga truena el cerebro no manda, entonces vemos como el lado primitivo e incivilizado sale a dar un paseo por esos lugares. 

Ciertamente los venezolanos solo estamos a la espera que los nuevos congresistas terminen de hacer el trabajo para el que fueron electos, mientras tanto vemos como el monstruo inflacionarios que crearon los rojos mandatarios se devora nuestro sueldo al mismo tiempo que colocamos una mano en el pecho para evitar que el corazón salte disparado del pecho por el terror que sentimos cada día que pasa, aunque como dije antes, no creo que ellos tengan consciencia de esto, pues, para ellos la situación es otra, no quiero decir que sean insensibles, lo que estoy diciendo es que no lo viven en carne propia y que no saben lo que sufrimos aunque se le noten las buenas intensiones. O por lo menos es lo que dan a entender, la situación no se presta para creer en buenas intenciones, y a pesar de que los hechos digan lo contrario, tampoco para creer en mesías. Pareciera que no terminamos de aprender la lección y que definitivamente nuestra ingenuidad está en la raya de ser masoquismo. Si, masoquismo, o ¿Tienes algún otro calificativo que lo describa mejor? ¡Yo no conseguí uno más acorde! y mientras sigo viendo con las manos en el pecho y los bolsillo, todo lo que pasa cada minuto que transcurre, estoy más convencido que es eso. Nadie está por nadie y eso del Venezolano buena honda y caritativo parece que se fue de viaje también, hace rato que no se ven personas con buenas intenciones, elocuentes y honestas con ganas de un mejor país. ¿Comentarios? Sobran, de todo tipo y color que busques, pero solo son eso, comentarios que muchas veces son hechos por aquellos que ya dejaron la peluca atrás y se fueron. ¿Los que se quedaron que harán? lo repetimos nuevamente y sin cansancio. Depende de lo que quieras hacer. Todo comienza con una decisión y una acción, individual, por supuesto. Nadie vendrá a hacer nada por ti, así que más te vale que te pongas los pantalones bien ajustados y comiences. El tiempo se agota. 

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