domingo, 11 de septiembre de 2016

LIMPIANDO VISIONES

Un día más. El cristal de la ventana de mi oficina está empañado. No es muy grato mirar a través de el cuando está así, todo se ve borroso y a duras penas se pueden distinguir la formas y colores de la gente que pasa por la calle que está al otro lado, por eso me esmero día a día para mantenerlo limpio, pues, me gusta tener la mejor visión posible sobre las cosas que pasan. Apuesto que no muchos se toman la molestia de limpiar tan a fondo, después de todo el arduo el trabajo consumidor apenas deja algunas horas libres para poder compartir con la familia. Yo mi parte suelo limpiar, Sacudir el polvo  de los rincones, quitar las telarañas de los libros de mi biblioteca y algunas otras cosas que no a muchos les llamarían la atención. 

Pero bien, ¿Quien puede leer un libro lleno de polvo y telarañas? es como tener ideas borrosas en el cerebro, si lo que estás leyendo es borroso, puede que confundas algunas palabras o el proceso de captación del contexto de lo que estás leyendo se vea alterado, y como a la mayoría de nosotros no nos gusta lo alterado y somos más afines con las cosas claras y raspadas, entonces escogemos los libros que estén en mejor estado para leer, algo que se puede aplicar al caso mi ventana empañada, tengo que limpiarla para poder ver lo mejor posible lo que está sucediendo del otro lado. Ahora, ¿Que tal si llevamos esta simple vivencia a la vida real? ¿No creen ustedes que la realidad que estamos viviendo es como uno de esos libros? Polvorientos y llenos de telarañas que a duras penas dejan distinguir palabras cortas impresas en el viejo y amarillento papel. Pero también puedo decir que los que intentan esclarecer todo este asunto actúan como si vieran a través de la ventana empañada, a duras penas pueden distinguir lo que está sucediendo del otro lado con aquellos que están leyendo libros en mal estado. Un disparate total. Ni se toman la molestia de sacudir los libros y tampoco quieren limpiar la ventana, pero luego salen con que hay que marchar, y los que leyeron el libro piche y se comieron el cuento los siguen como borregos directo al matadero, marchando con ellos al frente, mirando por la misma ventana sucia. ¡Sabrá Dios a que Barranco nos están guiando! Los que se tomaron la molestia de limpiar los libros y las ventanas no se atreven a salir y entre la desesperación y la tristeza de ver solo ruinas esparcidas por todos lados, intentan crear una fortaleza para protegerse, y mejor ni hablemos de los que se están largando del país, esos si que leyeron libros de los buenos.

No es bueno andar con el cerebro lleno de telarañas, sobre todo si te haces llamar dirigente político y estás intentando solucionar los problemas de millones de personas. No es bueno mirar por la ventana con los vidrios sucios, seguramente verás todo distorsionado y al final de la historia solo tendrás un mal punto de vista de lo que sucede y de seguro eso terminará siendo un gran error y los que pagamos los platos rotos de esta pila de desordenados y desinteresados mal llamados Políticos, somos nosotros los que estamos bien abajo y pisoteados.

Ya han tocado el fondo, por eso respondo, es hora de sacudir las telarañas cerebrales y limpiar las ventanas para poder tomar el camino correcto, ya basta de apoyo a marchitas que no han traídos resultados contundentes. Si, demostramos que somos mayoría, pero con eso no arreglamos los problemas del país, debemos optar por las medidas contundentes y eficaces a las que ellos le han estado huyendo todo este tiempo escondiendonse detrás de la excusa del derramamiento de sangre, pero ¿Cuanta sangre no se ha derramado ya? ¿Cuanta no se sigue derramando?  pero si se hubiese actuado desde el principio mucha sangre se hubiese ahorrado, eso está más que garantizado, ejemplo latente de Ucrania que en solo 3 meses pudieron deshacerse del tirano, y si, es cierto que ahora tienen otro problemas, pero no se aguantaron la tiranía. ¿Que está esperando Vzla? 

Asumamos nuestros errores y pongamos ese empeño por enmendarlo. Venezuela lo necesita. Todo lo necesitamos. Limpiemos las Telarañas y dejemos relucientes nuestra ventanas para que no nos tomen por sorpresa y podamos ver lo que estamos haciendo. No permitamos que las Telarañas solo atrapen insectos que a la final puedan que nos coman a nosotros mismos.