miércoles, 17 de febrero de 2016

Receta del Día - "Gnocchis" o Ñoquis -

Cuando hablamos de cocina italiana todo el mundo piensa en la pasta, el risotto o la pizza, pero los ñoquis son también un plato tradicional en el país transalpino. Su origen se remonta al siglo XIX (1880), cuando en Italia se produjo un hecho histórico que derivó en su creación. Los señores feudales eran los propietarios de los molinos donde los campesinos molían el trigo, que luego usaban para elaborar pasta. En esas fechas los “signori” decidieron subir el precio de utilización de los molinos, haciendo que la harina aumentase considerablemente su precio. Ante esta perspectiva los campesinos sustituyeron con éxito la harina por el puré de patatas, surgiendo entonces los “Gnocchis”, nombre que en italiano significa “bollos” o “pelotillas”. Comenzaron a prepararse en el Noroeste de Italia y de allí se extendieron luego por el resto del país.
Otro país donde son muy populares es Argentina, donde llegaron gracias a los emigrantes italianos y es tradicional comerlos el día 29 de cada mes. Ese día los argentinos ponen un billete debajo del plato para atraer la suerte y la prosperidad. En Uruguay y Paraguay también está muy extendido su consumo.
Hoy en día encontraremos ñoquis ya preparados en las tiendas y supermercados, listos para cocinar. Pero es preferible hacerlos nosotros mismos porque, como siempre se dice, “no hay color”. Se elaboran de manera sencilla, con ingredientes básicos y tampoco son necesarios utensilios especiales. Una gran ventaja de esta receta es que es perfecta para hacer con niños. Los más peques de la casa se divertirán de lo lindo haciendo la masa para los ñoquis, y además los iremos iniciando en el mundo de la cocina.

PREPARACIÓN DE LOS ÑOQUIS O GNOCCHI DE PAPAs

  1. Cuando vayamos a comprar las patatas es preferible que las escojamos de un tamaño similar, porque así luego se cocinarán de igual manera, estando todas en el mismo punto. Ya en casa el primer paso será lavar bien las patatas, para quitarle la tierra o suciedad que puedan traer. Las cocemos sin pelar en abundante agua hirviendo, durante 20-25 minutos, dependiendo de la dureza de las patatas y su tamaño. Se cocinan con su piel para evitar que absorban agua durante la cocción.
  1. Pasado el tiempo, pinchamos las patatas con un tenedor o similar para comprobar si están ya hechas. Lo sabremos cuando al pincharlas, entra y sale el utensilio con facilidad (lo mismo que hacemos cuando horneamos un bizcocho). Retiramos de la cazuela y las dejamos reposar 10-15 minutos, para poder manejarlas sin riesgo a  quemarnos. En cuanto podemos echarles la mano, las pelamos y volvemos a ponerlas a enfriar otros 10 minutos más. Es importante que la carne de la patata esté templada, lo que nos facilitará manejar la masa con facilidad. Con un pasapuré o con un tenedor, machacamos las patatas para convertirlas en un puré homogéneo, es importante que no queden grumos.
  1. Enharinamos la tabla o la encimera donde vayamos a trabajar con los ingredientes. También echamos un poco de harina en nuestras manos para que no se nos pegue la masa de patata. Con el puré hacemos un volcán y en el hueco echamos la sal, un poco de nuez moscada molida (al gusto de cada uno, pero no os paséis) y las yemas batidas de dos huevos.
  1. Vamos mezclando con los dedos poco a poco, incorporando harina  en cantidades pequeñas. Seguimos mezclando y amasando con las manos añadiendo la harina que necesitemos. Dependiendo de la humedad de las patatas podremos necesitar más cantidad de harina para lograr la textura final. Debemos de conseguir una masa homogénea, sin grumos o partes duras, que sea flexible, blanda y no encontremos dificultades para amasarla. Tampoco se nos pegará a los dedos. Hacemos una pelota y dejamos reposar 10 minutos.
  1. Separamos un poco de masa y con la ayuda de las manos la extendemos haciendo un cilindro, que cortaremos en porciones (que serán los ñoquis) de 2 cm. de tamaño. Repetimos el proceso con más porciones de masa, hasta terminarla por completo.
  1. Los ñoquis podemos dejarlos lisos tal cual o darles su típica marca rayada. Hay un utensilio de madera especial para esto, aunque si no disponemos de él podemos hacer algo similar con la ayuda de un tenedor. Cogemos un ñoqui, presionamos contra la parte de los dientes del tenedor y lo hacemos girar, quedando un hueco en su interior y unas estrías o rayas en su parte exterior. Si os gustan más redondos, bastará con bolear cada ñoqui y luego darle la forma definitiva.
  1. Terminado todo el proceso vamos a darles el sencillo toque final. En una cazuela con agua hirviendo y sal (en las proporciones habituales para la pasta: 10 gr. de sal por litro) vamos echando ñoquis en cantidades pequeñas, por ejemplo de 10 en 10, para que tengan espacio suficiente y no se peguen entre ellos. En un primer momento se irán hacia el fondo de la cazuela. Pasado un rato, comprobaremos que se elevan y comienzan a flotar en la superficie. Ese es el punto ideal de cocción. Retiramos con una espumadera y repetimos con el resto de los ñoquis.
  1. Y con estos tenemos listos nuestros ñoquis para que lo disfrutes con la salsa que más te gusta.

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