viernes, 19 de febrero de 2016

La Historia de mi Amigo - Reflexión

Eramos dos amigos. Inseparables, como una sola alma. Por algunas razón en la vida, los caminos de mi amigo y yo se separaron tomando rumbos distintos, nunca más volví a saber de mi amigo hasta el día de ayer, después de 10 largos años me tope con su madre mientras caminaba por la calle. La saludé calidamente y después de algunas palabras le pregunté por mi amigo, sus ojos se llenaron de lagrimas y miro fijamente a los míos mientras, sentí en carne propia como se hacía un nudo en su garganta que a duras penas la dejaron hablar: ¡Murió Ayer! - No sabía que decir, estaba impactado al escuchar eso, tome valor y pregunte como había muerto, ella me invito a su casa para que habláramos mejor, al llegar allí nos sentamos en la sala, recordaba que había pasado gran parte de mi infancia en esa sala jugando con mi amigo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia que había llevado a mi amigo a su muerte, había enfermado de una extraña enfermedad y que el tratamiento era que tenía que recibir transfusiones de sangre por 3 meses -¿¡Recuerdas que su sangre era muy extraña!? me pregunto la señora mientras clavaba su vista en mi, -¡Si lo recuerdo! - exclamé con la voz llorosa, ella tomó aliento y siguió contando como habían pasado los meses buscando algún donante con ese mismo tipo de sangre, hasta que un día por milagro llegó. Era un mendigo que había escuchado que se requería el donante y estaba dispuesto a donar la sangre a cambio de unas pocas monedas para comprar comida, pero tu amigo era muy testarudo y no acepto la sangre de aquel hombre, decía que solo recibiría sangre de ti. Pero tampoco quiso que te buscáramos, todas las noches se sentaba en esa silla en donde estás ahora y decía: "Yo se que mi amigo se recordara de mí y vendrá a verme" así pasaron dos años hasta ayer en la noche, cuándo se empeoro todo, él dijo sonriendo que estaba seguro que tu vendrías y que cuando lo hicieras que te entregara esta nota. Yo tomé la nota en mis manos y la leí, estaba escrita con letra corrida, el malestar se podía notar en su caligrafía, se notaba el temblor en sus manos al momento de escribir la carta que decía:

¡Hola John! sabía que llegarías, nunca lo dude. Si estas leyendo esto es porque tardaste un poco y ya no estoy, pero quería que supieras que desde allá arriba, en presencia de Dios te seguiré esperando, solo que esta vez ya no tendré prisa para que llegue y añadiré algunas oraciones para que te tardes bastante en llegar, ¡pues de verdad dudo que alguien tenga prisa por venir aquí!. ¡Que tiempos aquellos que pasamos juntos! siempre los llevo en mi corazón, ¿Aun recuerdas aquella pelota  por la que discutimos y por la que nos separamos? jajajajaja no pudo ser mayor idiotez discutir por aquella pelota, que por cierto, esta la primera gaveta de mi mesa de luz, dile a mamá que te la entregue, la conservé para ti, es toda tuya, espero que te guste.

Me despido, ya llegó la hora de marcharme.

Tu Amigo que Siempre te quiere.

Aquel día entendí que aunque la adversidad y las circunstancias de la vida nos pongan obstáculos, y el camino se divida en dos y nos aleje del amor que sentimos por aquellas personas que tenemos cerca, siempre habrá lugar para decir "PRESENTE". No dejes que el Orgullo o la cotidianidad de las sociedad destruyan tus sentimientos y llenen de odio tu corazón, no permitas que la distancia, el trabajo o el desinterés de frenen para expresar lo que sientes, no te des el lujo de perder el afecto de los seres que amas, mucho menos el de un verdadero amigo. No quedan Muchos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario